Un grupo de arqueólogos peruanos ha descubierto entre los restos de la civilización Caral, la más antigua de América, el enterramiento de una mujer de alto estatus, datado entre el 3.000 y el 1.800 a.C., que conserva en buen estado su cuerpo rodeado de numerosas ofrendas, algunas de ellas llegadas de la Amazonía.