Colin Barrett (1982) nació en Canadá y vive en Dublín , pero cada vez que se sienta a teclear, sus dedos y su cabeza viajan invariablemente a Knockmore, minúsculo villorrio irlandés que, según Google Maps, es poco más que una calle, un pub y unas cuantas casas arrojadas al azar aquí y allá. Pueblo pequeño, infierno grande y toda una carrera literaria construida alrededor de unos pocos metros cuadrados. Así fue en ‘Glanbeigh’ y ‘Morriña’, colecciones de relatos desesperadamente humorísticos y salpicados de gótico rural con los que ha entretenido la última década, y así es ahora que se ha estrenado en la novela con ‘Casas de locos’ (Sajalín).