La fe y el trabajo del Espanyol encontró una maravillosa recompensa este sábado en Vitoria ante un Alavés que fue superior durante todo el partido (0-1). No transformó su dominio en goles el cuadro vasco y dejó con vida al equipo perico, que vivió un subidón similar al del duelo contra el Madrid en el RCDE Stadium. No era el campeón de Europa el rival, pero sí un adversario directo en la tortuosa lucha por la permanencia. El cabezazo de Calero en el minuto 86 hunde a los vitorianos y aleja a los blanquiazules del drama.