En un arranque de año en el que el bloque de la investidura no deja de dar pruebas de su desgaste, el PP ha encontrado una nueva rendija por la que colarse para agrietar la alianza del Gobierno y sus socios parlamentarios. Con una simple proposición no de ley, que carece de valor jurídico, los populares han logrado aflorar las diferencias que conviven en el seno del Ejecutivo y entre sus aliados en lo relativo a la gestión de la crisis de la vivienda. El PSOE se ha desmarcado del resto del bloque en un par de votaciones y Junts y PNV han hecho lo propio en otras tantas, dejando al Ejecutivo en minoría.