Aunque se trata de un asunto polémico, con posturas muy separadas, todas las partes implicadas coinciden en una certeza: los parques de baterías han llegado para quedarse. El problema central es dónde ubicarlos y cómo gestionar su aterrizaje. Es una de las conclusiones alrededor del futuro de estas instalaciones, un asunto de debate en Asturias en los últimos meses, pendiente de una regulación específica por parte del Gobierno regional.