La gran fiesta de la democracia llevó a uno de cada tres ciudadanos de Hong Kong a las urnas. La excolonia celebró ayer las elecciones más sombrías de su historia, sin digerir aún el centenar largo de muertos que dejó el incendio en un complejo inmobiliario. Tampoco ayudaban a la movilización unos comicios afeitados desde que una reforma legal cerrara la puerta del Legco (Parlamento local) a cualquier elemento que el gobierno local o Pekín interprete como hostil. En ese contexto tan árido se evitó al menos el oprobio absoluto: la participación, único asunto relevante de la jornada, llegó al 31,9%. Son casi dos puntos más que en las celebradas en 2021, las primeras bajo la fórmula de los "patriotas". La oficina de Pekín en la isla vio en ese aumento la prueba del apoyo social a las elecciones.