Lejos de quedarse en un asunto autonómico, el escándalo desatado en torno al Hospital de Torrejón, ha adquirido previsible vuelo nacional. La revelación de que el CEO de Ribera Salud, el grupo que gestiona este centro hospitalario de titularidad pública de la Comunidad de Madrid, dio instrucciones el pasado mes de septiembre para "desandar el camino" en la reducción de las listas de espera con objeto de hacer crecer los beneficios de la sociedad ha abierto una crisis en torno a un asunto tan sensible como la sanidad que el Ejecutivo madrileño trata de contener, pero en la que la oposición y, más allá, el Gobierno central han encontrado una brecha para erosionar a Isabel Díaz Ayuso y todo el modelo de gestión público privada que propugna.