Durante los años 2000, jugar en el navegador era prácticamente sinónimo de Adobe Flash. Portales web como Newgrounds, Armor Games o Kongregate se llenaban de pequeños juegos independientes que conseguían atraer a millones de personas en todo el mundo. Esta popularidad convirtió a los juegos Flash en una industria muy rentable impulsada por publicidad y grandes audiencias. Juegos como ‘Bejeweled’ o ‘Kingdom Rush’ alcanzaron fama mundial en ese contexto.