La aprobación de la primera Ley de Ciencia regional provocó ayer numerosas reacciones. Las principales instituciones y organizaciones afectadas calificaron la norma como "un avance" porque busca atraer y retener talento para generar un entorno favorable para la investigación y porque permitirá poner en marcha un CSIC asturiano. La delegada de este organismo en el Principado, María Fernández, reconoció que "la práctica unanimidad en la votación (Vox se abstuvo y el resto votó a favor) es el claro ejemplo de lo potente que es esta ley". Y aseguró que era "necesaria". "Sienta así un marco jurídico que nos ayudará a agilizar el trámite de proyectos", comentó.