Empezó un Barça espeso como un cemento por secar. Como si jugaran futbolistas de bajo rango. Abundaron los toques imprecisos, las pérdidas infantiles, los pases a contrapié. Parecía que trataban de combinar con un balón ovalado. El césped canario seguramente no ayudó. A Hansi Flick no le quedó más remedio que intervenir con firmeza. Y lo hizo como si tuviera una bola de cristal. Metió a Dani Olmo y marcó. Luego introdujo a Ferran, y también. Decisiones que desbloquearon el partido e impulsaron la quinta victoria consecutiva en la Liga y ataron el liderato. Son 16 puntos de 18 en 2025. Balance más que óptimo.