El director francés Alain Resnais, que fue uno de los primeros cineastas en mostrar en toda su crudeza lo que se había hecho en los campos de exterminio nazis en el documental 'Noche y niebla' (1956), sería también el primero en acercarse, de forma muy personal, a las secuelas de la bomba lanzada sobre Hiroshima el 6 de agoto de 1945, hace justo 80 años. Lo hizo en 1959 en 'Hiroshima mon amour', con un texto bello y siniestro a la par de Marguerite Duras. La Nouvelle Vague cinematográfica y el Nouveau Roman literario se aliaron para contar con cruda precisión los efectos de las partículas atómicas sobre la piel de dos amantes y para hablar también de cómo fueron tratadas las jóvenes francesas que tuvieron relaciones con algún soldado alemán.