12 h. ago
La histórica y sana piquilla entre Pola de Siero y Noreña en anécdotas: de la gabardina y la piragua en las fiestas a bajarse del autobús en ruta
De un lado sabadiego, picadillo y callos en Noreña. Del otro mollejas, lengua o hígado encebollado en Pola de Siero. De adorar al Cristo de Santa Ana o al Ecce Homo. Sin olvidar tampoco la rivalidad deportiva, del Club Siero o el Condal. Vecinos, y con el paso ya del tiempo cada vez más familias entrelazadas, y una sana piquilla de décadas, que se ha ido evaporando ya con el paso de las generaciones. Pero que aún se respira ya más bien entre recuerdos y anécdotas, de esa guasa, sorna e ingenio que se manifestaba en la cotidianeidad y en los momentos especiales, entre Noreña y La Pola -donde se focaliza más que en otros puntos de Siero-. Y que aunque nunca pasó de eso, sin llegar la sangre al río, ahora que los alcaldes de ambos municipios se enzarzan, por el proyecto de reforma de la Nacional 634, los vecinos recuerdan cómo se vivía ese pique de vecindad, con naturalidad y sin lamentos. “Lo de ahora es una pena, porque unos por otros, y mientras la carretera sin arreglar”, coinciden...
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